¿Te estresan las cosas pequeñas?

Cuando se trata de identificar la fuente de nuestros problemas, tendemos a olvidar los pequeños problemas de la vida cotidiana, después de todo son sólo pequeñas molestias, nada en comparación con las cosas importantes.

Llegas tarde a una reunión, se te acaba la leche o te dan una multa por aparcar - irritante sin duda, pero nada realmente grave.

En cambio, tendemos a culpar a los grandes acontecimientos de la vida: el divorcio, la enfermedad y el duelo. Y, en la búsqueda de lo que causa los problemas psicológicos, es exactamente donde los investigadores y psicológos han concentrado su atención: en los eventos grandes de la vida.

Pero muchos se están dando cuenta ahora de que a pesar de que los problemas cotidianos de la vida pueden paracer triviales, también son más numerosos, por lo que pueden ir sumando gota a gota hasta rebalsar el vaso. Y, quizás más importantante, tiene mucha importancia la forma en que nos enfrontamos a los problemas, sean grandes o pequeños.

Los estresores diarios

En una nueva investigación publicada en la revista Psychological Science, Charles et al. (2013) estudiaron las reacciones de las personas ante los eventos estresantes cotidianos y cuál fue su efecto una década más tarde. A los participantes se les preguntó acerca de sus problemas diarios y cómo les hacía sentir durante ocho días. Las personas reportaron tener todos tipos de problemas habituales, como por ejemplo peleas o discusiones en la familia o en el trabajo, una nevera rota o llegar tarde a una cita etc

10 años después, fueron visitados de nuevo ​​y se les preguntó si habían recibido tratamiento para ansiedad, depresión u otros problemas emocionales en el último año.

Los resultados mostraron que la forma de que la gente reaccionó frente a los problemas cotidianas en la primera entrevista, podía predecir si se desarrollasen problemas psicológicos una década más tarde. En total el número que reportó haber recibido tratamiento para un problema psicólogico era casi uno de cada cinco.

Esto concuerda con otros estudios recientes que también han demostrado que nuestras reacciones ante los estresores comunes predicen síntomas depresivos (por ejemplo Parrish et al., 2011).

Tanto si los problemas son grandes como pequeños, lo que importa es cómo reaccionamos ante ellos. Como es de esperar las personas que tienen reacciones fuertes emocionales ante los acontecimientos cotidianos tienen más probabilidad de desarrollar un trastorno de depresión o ansiedad más adelante en la vida.

Tendemos a pensar que la depresión es siempre una reacción a algo realmente malo que sucede y así es a veces, pero también pueden ser todas esas pequeñas cosas apiladas una encima de la otra que es la causa de que te vengas abajo.

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